La llegada del Buen Pastor

En los últimos días, mi hija ha estado muy entusiasmada escuchando música navideña. Un día mientras escuchábamos villancicos, escuchamos una canción navideña muy popular que hablaba de los Pastores que se dirigían a Belén a ver al niño Jesús, así que no me escape de la pregunta sobre quienes eran los pastores y porque iban a ver al niño Jesús. Sus preguntas por más sencillas e inocentes que puedan ser, siempre me hacen reflexionar del porque de las cosas.

La Biblia nos narra esta historia:

Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño.  Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. 

Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. 

Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. 

Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: 

 !!Gloria a Dios en las alturas,
Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!

Lucas 2:8-14

Cuando leí este pasaje de la Biblia, no dejé de sorprenderme sobre la manera que Dios actúa; pues no envío a sus ángeles a revelar del nacimiento de Jesús a los más poderosos e influyentes de la época; sino eligió revelar la noticia del nacimiento de Jesús a través de sus ángeles a los pastores que velaban y guardaban vigilia sobre su rebaño, a los de condición menospreciada.

 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;  sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.

1 Corintios 1:26-29

Otra vez más, podemos ver que nuestro Padre toma a los necios, los débiles, lo vil del mundo, lo menospreciado y los hace participe de sus buenas nuevas. Dios ve nuestro corazón y no nuestras condiciones, él ve lo que es importante y está dispuesto a llevarnos a lugares de honra y rodearnos de su esplendor.

Además, el rol del Pastor en la escena del nacimiento de Jesús nos recuerda que Jesús mismo se convierte en el Pastor de Pastores: El Buen Pastor. Él que conoce a sus ovejas y ellas le conocen, Él estuvo dispuesto a poner su vida por la vida de sus ovejas y sigue estando dispuesto a atraer a otras ovejas que no son de su redil para ponerlas dentro de su rebaño bajo sus cuidados.

Yo soy el buen pastor: el buen pastor su vida da por las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen. Como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también me conviene traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.”

Juan 10:11,14-16

Te invito a meditar en esta historia y recordar que somos como ovejas bajo el cuidado de nuestro Buen Pastor y que nuestra condición es secundaria cuando se trata de un Pastor que deja a las noventa y nueve ovejas por ir en busca de nosotros.

Inspirado en su palabra,

Kiara