Fortaleciendo nuestras Raíces

Hace unos dias recibí un mensaje que me hizo meditar acerca de mi propósito espiritual en este 2020. Y es que muchas veces nos enfocamos en: la meta, el resultado, el fruto que queremos cosechar; pero nos olvidamos que todo lleva un proceso y que para que algo de fruto, deben existir ciertos elementos que debemos de cultivar.

Dicen por ahi que el tamaño de un árbol se encuentra asociado al tamaño de sus raices. Sin embargo, cuando pensamos en un árbol, pensamos en sus frutos pero casi nunca se nos ocurre pensar en sus raices porque es algo que no podemos ver desde el exterior. Así que hoy usaré esa analogía para ilustrarte que para que en este año 2020 seamos como arboles fructíferos, debemos de enfocarnos en lo que solo nuestro Padre puede ver: Nuestras raíces.

Primero quiero decirte que: Dios nos llama a romper cualquier esquema. Si tienes una planta se encuentra en una masetera, sus raices no serán tan robustas pues se encuentran limitadas al ambiente en el que se encuentra. Dios mismo ha roto cualquier esquema al enviar a su Hijo unigénito a morir por todos nosotros, ya que nunca se había visto que el Creador mismo se enfoque en servir a su Creación. Partiendo de este punto, quiero invitarte a meditar que si hay algo en tu vida que no te deja avanzar a donde Dios quiere llevarte espiritualmente, debes de romper el esquema y transplantarte al lugar donde el quiere hacerte crecer, pues si das el primer paso, Dios promete hacerte fructifero.

“Como palmeras florecen los justos; como cedros del Líbano crecen.  Plantados en la casa del Señor , florecen en los atrios de nuestro Dios.  Aun en su vejez, darán fruto; siempre estarán vigorosos y lozanos,  para proclamar: «El Señor es justo; él es mi Roca, y en él no hay injusticia».”

Salmo 92:12‭-‬15 NVI

Dios también nos llama a arraigarnos a él en todo momento, así cuando venga la tormenta nuestras raíces estarán sujetadas, la adversidad no podrá movernos pues estamos plantados firmemente y más bien todo lo que hagamos arraigados a nuestro Padre prosperará.

“Será como árbol firmemente plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto a su tiempo, y su hoja no se marchita; en todo lo que hace, prospera.”

Salmos 1:3

Y finalmente, Dios nos invita a buscar de él de manera activa. Nos dice en Jeremías 17: 7-8 que debemos de ser personas que “extendamos nuestras raíces hacia la corriente de agua, para que nuestras hojas estén siempre verdes y que nunca dejemos de dar fruto”. Sin lugar a dudas, Él es nuestra agua de vida y cuando le buscamos activamente nuestro día a día será el reflejo de una vida fructífera.

»Bendito el hombre que confía en el Señor y pone su confianza en él.  Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto».

Jeremías 17:7‭-‬8 NVI

Quiero invitarte a que medites sobre como está tu vida espiritual el día de hoy, que pienses sobre esta analogía y te preguntes:

  • ¿Estoy creciendo espiritualmente?,
  • ¿Como esta mi relación con Dios? ¿Será que si me enfrento a una adversidad, me encuentro lo suficientemente arraigada a él?
  • ¿Que tan activamente busco del Agua que da Vida?

Espero que esta analogía te ayude a comprender que nuestro Padre quiere hacer de sus hijos personas que den fruto al ciento por uno y que aún cuando la adversidad invada nuestra vida, no temamos pues confiamos que él está con nosotros.

Con cariño

Kiara